A veces la vida te pone palos en la rueda que te hacen tropezar, reflexionar, fijar de nuevo la vista y volver a empezar de cero. Yo aprendí que si la vida pone los palos en la rueda es por algo, no existen las casualidades, y creo en eso desde el 6 de abril. Tu palo en mi rueda es un palo que me dolió hasta lo mas profundo de mi alma, tu palo me sacudió, tu palo me movió el piso, y me hizo ver la oscuridad, el mal, la muerte, cara a cara, frente a frente, viéndome a los ojos, en una mirada que perforo mi corazón. Duele, no voy a decir que no, porque eso seria hipócrita. Pero el tiempo paso y la herida cicatriza y el dolor mengua en una suerte de anestesia que calma momentaneamente, hoy te extraño, y quisiera que estés conmigo, y que me ayudes a entender el mundo desde tu exótico, divertido, irónico y a la vez tierno punto de vista. Pero de todos modos se que conmigo estas siempre, se que me miras, y se que me cuidas y aunque no lo parezca, tengo la certeza de que me ayudas a tomar las desiciones importantes. Gracias por todo chabon, gracias por tus enseñanzas, gracias Rodrigo. Algún día nos vamos a ver de nuevo.
Hasta luego.
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