Estado Neurótico

No muchas veces, me detengo a pensar en las cosas que he vivido, en las cosas que me han marcado a fuego una huella en mi alma. Muchas cosas dejaron una huella en mi ser, algunas tardaran en ser borradas, otras se van con el tiempo, otras dejan de doler, pero siguen provocando resquemor, y están las que no se irán jamas. Pero todas esas experiencias, nos ayudan a comprender mejor las cosas, otras nos hacen mejores como personas, otras nos hacen tocar fondo, para que después no quede otra que subir, otras nos hunden en los abismos de la oscuridad de los cuales es practicamente imposible salir, otras nos sacan de ese vacío, nos llevan al cielo, nos hacen tocar la perfección, nos hacen encontrar un REFUGIO. Hay experiencias que nos condicionan, experiencias amorosas que terminan mal, que hacen que uno desconfíe, experiencias de frustración que hacen que no creamos en nosotros mismos, experiencias que son tan terribles que hacen que no queramos seguir vivos. Pero aprendí algo con los años, aprendí que esas cosas nos marcan, esas cosas dejan una huella imborrable, pero siempre, cuando uno menos lo espera, algo llega hacia nosotros. Algo que no creíamos que iba a llegar, algo que sacude la tristeza, limpia las impurezas del alma y nos deja vivos y coleando para seguir adelante. "Las casualidades no existen y todo es por algo", me dijo una reina, MI reina. Y la verdad es que le creo a muerte, a veces, es necesario pasarla mal, es necesario purgar el alma con lágrimas, es necesario que la vida cambie de color, que se haga gris, para que un día, sin buscarlo, sin esperarlo, sin siquiera pensarlo, aparezca la felicidad, a golpearnos la puerta. Y cuando ella llega en forma de amor, amor verdadero que devuelve la vitalidad, solo hay una cosa para decir.

GRACIAS.